The Handmaid's Tale 6: La explicación del final 'honestamente perfecto', según Elisabeth Moss
La intérprete de June Elisabeth Moss explicó por qué la escena que cerró The Handmaid's Tale tras seis temporadas representa el clímax ideal de la serie.
Tras ocho años y seis temporadas, The Handmaid's Tale, una de las series más significativas de la última década, ha llegado a su fin.
Basada en la novela homónima de Margaret Atwood, la serie ha transformado una distopía literaria en una poderosa herramienta de reflexión sobre las libertades individuales, el control social y la condición de la mujer, convirtiéndose no pocas veces en símbolo de resistencia y lucha contra la opresión.
El último episodio (disponible en Hulu y en Latinoamérica por Disney+) llega a su conclusión, y lo hace con una escena final que Elisabeth Moss, que interpreta a June Osborne, describió como "honestamente perfecta".
En una entrevista con Vanity Fair, la actriz compartió su opinión sobre el profundo significado del momento final de la serie, haciendo hincapié en lo crucial que era que el final reflejara la esencia de la historia original de Margaret Atwood.
Y aunque hay diferencias con la novela, la serie fue capaz de cerrar un círculo de forma poética a la vez que allanaba el camino para la secuela basada en The Testaments (ya confirmada por Hulu).
The Handmaid's Tale 6: Lo que ocurre en el final y las diferencias con el libro. (ALERTA DE SPOILER)
En el episodio final de The Handmaid's Tale un atentado hace estallar un avión lleno de Comandantes, entre ellos Lawrence y Wharton. Este duro golpe a Gilead permite a Estados Unidos recuperar el control sobre Boston.
Sin embargo, la guerra aún es larga: la serie no muestra la caída del régimen, sino que deja espacio para un futuro aún por escribir, incluso a través de la serie secuela. June no consigue reunirse con Hannah, atrapada demasiado lejos en las tierras de Gilead, pero graba unas cintas de audio para ella.
El final es parcialmente diferente al de la novela original, donde June es llevada por los Ojos sin que el lector conozca su destino. En cambio, en la serie la encontramos donde empezó todo, en la casa de los Waterford. Sin embargo, la última escena del libro revela que June ha dejado grabaciones de su experiencia en cintas de casete: el mismo detalle que se retoma en la serie.
Sobre esa escena Elisabet Moss dijo a Vanity Fair:
"La escena final de la serie es, sinceramente, perfecta. Nunca habría aceptado nada menos para esta conclusión. Vuelve al principio, a la primera escena. Ella empieza a grabar ese libro. El hecho de que la serie empiece con un libro y termine con un libro es la única forma en que realmente podría terminar. Margaret tiene esta cita: "Una palabra tras otra tras otra es poder". Y creo que ahí es donde termina June. Decide contar su historia porque sabe que las palabras tienen poder. Y eso me encanta. Se sienta y empieza a contársela a Hannah. Es para ella".
Y Moss puede tener razón. La vuelta a los orígenes, al sencillo pero revolucionario acto de escribir, infunde poesía a este final. La elección de terminar la historia justo donde empezó todo (con June recuperando el control de su historia) es simbólicamente poderosa.
Es el triunfo de la memoria y la resistencia. Tras años de silencio forzado, June encuentra su propia voz y decide utilizarla para transmitir su verdad a su hija, Hannah.
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Es un acto íntimo y político a la vez. Gilead aún no ha caído y June se da cuenta de que su batalla, y la de mujeres como ella, no puede terminar. La serie nos recuerda que la resistencia nunca es definitiva. Puede que luchar no nos dé todo, pero no tenemos elección.
No luchar es lo que creó Gilead", son las palabras de la protagonista. Así pues, la serie termina con un mensaje contundente y más actual que nunca: la libertad debe defenderse día a día. Palabra a palabra.
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